ETA: el origen

Fuente: Wikimedia Commons.

España, 1952. Un grupo de jóvenes vascos decide reunirse de vez en cuando para charlar. Estos jóvenes pensaron que se debía hacer algo para cambiar la situación de su pueblo, que vivía bajo la represión del Estado español. Sus intentos por conseguir la añorada independencia provocarán que, lo que comenzó como un pequeño grupo de tertulia, se convierta en una de las organizaciones terroristas que más problemas ha causado en España: ETA.

Euskadi Ta Askatasuna (que significa, Patria Vasca y Libertad) nació el 31 de julio de 1959, pero la semilla de la organización empezó a crecer años atrás. En 1952, y dentro del contexto de la dictadura franquista, surge la organización EKIN, formada por un grupo de estudiantes vascos. Eran jóvenes nacionalistas que se preocupaban por la independencia del pueblo vasco y que se dedicaron a estudiar y reflexionar sobre todo lo relacionado con el tema. Sus principales miembros se situaban en Vizcaya, donde se encontraban, entre otros, Julen Madariaga, Manu Aguirre, Irigoyen, Gainzarain y José María Benito del Valle; y en San Sebastián, en donde destacaban los nombres de Txillardegi, Albizu o Larramendi. Todos ellos se preocuparon, tanto de informarse y formarse para la causa (la independencia del pueblo vasco) como de informar y formar al resto de la sociedad. Para ello, publicaron una serie de “cuadernos de formación”, considerados una de las fuentes principales para comprender la ideología de la organización.

Pero EKIN no era el único grupo que pensaba así y pronto empezó a establecer contacto con otra organización de similar contenido ideológico, las juventudes del Partido Nacionalista Vasco (PNV). De esta forma, Euzko Gastedi Indaura (EGI), nombre con el que se conocían a las juventudes del PNV, y EKIN persiguen un objetivo común: reforzar el nacionalismo vasco. En 1956, deciden fusionarse para trabajar juntos en la persecución de ese objetivo común, pero surgen problemas internos (entre otras cosas, uno de sus fundadores, Benito del Valle, es expulsado por cuestiones ideológicas) y la organización acaba dividiéndose en dos otra vez en 1958. Un año más tarde, el grupo EKIN se convierte en lo que hoy en día conocemos como ETA y cuyo nombre inicial iba a haber sido ATA (Aberri Ta Askatasuna, en castellano, Patria y Libertad), pero al coincidir las siglas con la palabra “pato” en vascuence decidieron cambiarlo para evitarse posteriores ironías. También ha sido objeto de reflexión el hecho de que ETA se fundará el 31 de julio, día de San Ignacio, santo que fundó la Compañía de Jesús y cuyo modelo de organización es, casualmente, defendido por Sabino Arana, uno de los principales autores en los que se han basado los argumentos de la banda terrorista.

Queda así fundada ETA que, aunque comenzara realizando pequeños actos vandálicos como pintadas de “Gora Euskadi” y “ETA”, terminará siendo autora de múltiples acciones que acabarán con la vida de cientos de personas. Por eso, es inevitable preguntarse por los argumentos que amparan sus actos y que siguen convenciendo a jóvenes vascos de que a través del activismo y la violencia podrán conseguir lo que tanto anhelan: la independencia de su pueblo.

Los orígenes ideológicos de la banda terrorista son difusos y cambiantes y oscilan desde el uso de los métodos no violentos de Gandhi al uso de la lucha armada. Pero, con el paso del tiempo, surgen una serie de líneas generales de pensamiento en torno a la cuales se moverá la banda.

En primer lugar, recuperan el nacionalismo vasco del fundador del PNV, Sabino Arana. Para ellos, Euskadi es un pueblo sometido por España que le niega la libertad y que limita su progreso económico y cultural. Además, este país opresor es la causa de los problemas que se ciernen sobre la realidad vasca. Como consecuencia lógica, la única forma de terminar con todos sus problemas es obteniendo la independencia del Estado español. Pero no sólo se sirven de los argumentos que promueven la independencia económica y política, sino que van más allá, y le proporcionan un carácter esencialista al nacionalismo de Arana. El esencialismo que se atribuye al nacionalismo se ve afirmado en las palabras del autor Gurutz Jáuregui en el libro La historia de ETA en el cual menciona que  “un concepto transustancial de las esencias vascas representadas por el alma vasca, una especie de mística religiosa que va mucho más allá de la mera independencia política”. Es decir, que hay que conseguir la independencia para que el alma vasca siga con vida.

No hay que olvidar que junto con la idea del nacionalismo sabiniano los etarras siguen otras líneas de pensamiento como las famosas teorías tercermundistas según las cuales relacionaron la lucha por la independencia vasca con la lucha de algunos países tercermundistas por la liberación colonial. Mostraron especial interés en la guerra que se libró en Arguelia para acabar con el control colonial de los franceses y en los métodos de lucha que los habitantes originarios del país llevaron a cabo contra el ejército francés.

En definitiva, la batalla contra el terrorismo, contra las ideas de las teorías tercermundistas y contra cualquier acto que se oponga a los derechos fundamentales de toda persona sigue su curso. Conocer los orígenes de la misma hará que, al menos, entremos en el campo de batalla con la armadura del conocimiento sobre nuestros hombros.