Hace unos días la estupefacción se apoderó de mí cuando leí en la prensa las “inquietantes” declaraciones de Cándido Méndez. Los periodistas recogieron una frase suya en la que llegaba a una conclusión de lo más asombrosa: «Si la reforma laboral es buena y de calidad puede ayudar a generar empleo pero si es mala puede ser contraproducente».
¿Una reforma laboral de calidad contribuye a generar empleo y una mala no? “Impresionante” deducción. De hecho, sorprende que los periódicos se hayan limitado a incluir estas declaraciones en una noticia y no las hayan puesto en la portada. Debe ser que ese día otras palabras más “elocuentes” tuvieron el honor de aparecer en la primera página.
Y es que, la publicación de este tipo de enunciados es el más claro ejemplo del peligro del periodismo de declaraciones. Parece que todo lo que dice, sostiene, afirma, manifiesta o asegura un personaje con un cargo público visible es de vital importancia para el resto de la sociedad. Sigue leyendo